Hola de nuevo, queridos enfermos!
Hoy os traigo la reseña de la novela “Qué vas a hacer con el resto de tu vida”, de Laura Ferrero.
Laura Ferrero (Barcelona, 1984) estudió Filosofía y Periodismo, pero como dice ella misma en su blog Los nombres de las cosas, no se dedica a ninguna de las dos. Escribe artículos y reseñas para diversas publicaciones y éste es el segundo libro que publica, tras la recopilación de cuentos cortos “Piscinas vacías”.
“Qué vas a hacer con el resto de tu vida” es la crónica de un duelo y de las pérdidas emocionales y físicas que lo provocaron, pérdidas que se remontan a la infancia de Laura, la protagonista y narradora , y que la han perseguido hasta el presente.
Tratando de huir de sus fantasmas, y buscando al mismo tiempo respuestas que la liberen de su sentimiento de culpa, Laura abandona cuanto tiene, y acepta impulsivamente un trabajo en una pequeña editorial en Nueva York.
Su huida hacia adelante tiene, no obstante, un secreto objetivo: contactar con Gael, el hombre que como una sombra inquietante ha estado siempre presente en sus vidas y del que Laura espera obtener las respuestas que nunca encontró en su familia. La excusa es matricularse en el curso de Literatura y exilio que aquel imparte en la Universidad de Columbia.
Desde su solitario retiro en Nueva York, Laura viaja una y otra vez al pasado, a la Ibiza de su infancia, recordando episodios que a ella le parecen claves, pero de los que no posee toda la información. La niña que era no entendía qué pasaba entre sus padres, por qué su madre no cuidaba de ella y de su hermano, por qué terminó por abandonarles, quien era el extraño que aparecía en momentos puntuales, trastocaba la vida de sus padres, a cada uno de un modo distinto, y desaparecía.
Aquella niña a la que no se le explicaban las cosas de los mayores, se daba cuenta de que su familia no era como las de otros niños, que su hermano no era como otros niños, ni su madre era como las otras madres. Ni su padre, un eminente geólogo obsesionado con el estudio de las islas del mundo.
A la mujer adulta que es ahora Laura, la atormentan las piezas que faltan para encajar el puzzle y entender lo que pasó. Si no las encuentra, cree que no podrá hacer nunca las paces con la vida, y cree que la clave está en el misterioso hombre que entraba y salía de sus vidas: Gael.
Cree que él le proporcionará las respuestas que nunca obtuvo de su padre, ni mucho menos de su madre.
Pero Gael tampoco las tiene. Sólo posee parte de la información que Laura busca, y con ella tampoco es suficiente para que pueda cerrar el círculo definitivamente.
Laura termina comprendiendo que probablement hay círculos que nunca se cerrarán del todo, preguntas que nunca hallarán respuesta, y que hay que seguir adelante y vivir a pesar de ello.
“Qué piensas hacer con el resto de tu vida” es una novela de personajes complejos y atormentados, narrada con mucha sensibilidad, y con mucha verosimilitud, también. Que se dediquen a una profesión u otra no es, a mi juicio, lo esencial. Román, el padre de Laura, es una eminencia en islas, como lo podría haber sido en plantas carnívoras. Laura es editora, como podría haber sido cocinera. Lo que importa no es a qué se dedican los personajes, sino lo que sienten, lo que les atormenta, los vacíos que no consiguen llenar, las obsesiones que no consiguen controlar.
A mí me enganchan más unos diálogos que transmiten la impotencia, el resentimiento o la desesperación de sus protagonistas, que las disertaciones sobre el exilio de Gael, o las teorías de Román sobre lo que es o no es una isla.
Me gusta que los personajes hablen como personas reales, no como actores representando un drama de Shakespeare, y ese es un punto fuerte de la autora. En muchas novelas los personajes hablan tan bien, con frases tan bien construídas, que son absolutamente inverosímiles. La gente de la calle no habla así, no usa ese vocabulario ni ese tono tan formal. Laura Ferrero tiene talento para expresar emociones complejas, amén de hablar, quizás demasiado, pero con propiedad, de arte, literatura, e islas…
Hay algo, sin embargo, que echo de menos en esta novela: un desenlace potente, una escena culminante entre Laura y su madre .
Me sobra Gael y me falta Adriana, me falta su punto de vista, sus explicaciones, aunque terminen siendo no-explicaciones, aunque tampoco le sirvan a Laura para cerrar su duelo, curar su resentimiento y dejar “todo aquello” atrás, aunque no hagan las paces y no vuelvan a verse jamás, da igual. Pero es un personaje muy importante en el desarrollo de la trama: todo lo que sucede está, de algún modo, relacionado con ella, y, sin embargo, desaparece sin más, aunque sabemos que sigue viva en alguna parte. Tenemos a sus dos hombres dando explicaciones a Laura, y a ésta sintiéndose mas bien decepcionada con las versiones de ambos, pues ni juntas, ni por separado consiguen llenar el vacío que la ha acompañado toda su vida.
¿Lo hubiese conseguido una Adriana más mayor y madura?
¿Qué ha hecho Adriana con el resto de su vida?
En la vida real suelen quedar cabos sin atar y cada cual tiene que vivir con ellos, pero en las novelas tienen que terminar atados, si no al lector le queda la sensación de que la historia no ha terminado, de que quedan cuestiones por resolver.
Esa es la sensación que me queda a mí. Y es una lástima, porque realmente es una estupenda novela.
Ficha del Libro
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